Un ataúd de cobre apareció dentro del vasto Vacío Caótico en los Reinos Mayores.

Dentro del ataúd yacía un conjunto de esqueletos que irradiaban una extraña luz blanca. Dentro del resplandor envolvente, al esqueleto le crecía rápidamente la carne a un ritmo visible.

James sintió un repentino mareo en la cabeza. Los recuerdos de su batalla final en su vida pasada inundaron su mente. Recordaba haber encendido todo lo que llevaba dentro, haber obtenido un poder abrumador y haber aniquilado a sus enemigos.

"¿Dónde estoy?", se preguntó al abrir los ojos. Ante él había unas inscripciones místicas. Poco a poco, sus recuerdos volvieron.

"¿No estoy muerto?", exclamó asombrado.

Intentó incorporarse, pero la poderosa fuerza de un hechizo restrictivo lo volvió a aplastar contra el ataúd. Percibió su entorno y, con su sentido divino, se dio cuenta de que estaba atrapado dentro de un ataúd de color cobre. Su Zen podía extenderse más allá, percibiendo el Vacío Caótico que lo rodeaba.

"¿Mi fuer