Inicialmente, James quería evitar la pelea, ya que expondría su fuerza y sus proezas a las innumerables potencias del nuevo universo. Quería pasar desapercibido antes de averiguar la fuerza de los prodigios del otro universo.

Sin embargo, Pierre intentó arrebatarle sus tesoros y trató de matarlo. Por lo tanto, James se deshizo de Pierre sin piedad.

Finalmente, Stanley también se vio envuelto en su conflicto.

Stanley era un oponente poderoso. Un ataque simple y desprevenido requirió que James usara toda su fuerza para desviarlo. A pesar de ello, la sacudida hizo que su energía sanguínea se agitara y le hiciera vomitar sangre.

James miró fijamente a Stanley y, en secreto, reunió toda su energía. Planeaba sorprender a Stanley y matarlo de un solo golpe si la otra parte decidía actuar contra él.

James confiaba en poder derrotar a Stanley con sus Tesoros Caóticos.

El rostro de Stanley era sepulcral. El hecho de haber sido derribado por James ya era suficientemente humillante. Si insis