47. ¿Estás obsesionada conmigo?
Sam sintió como una mano la sujetaba del brazo y la metía de un solo jalonazo al salón sin que ella pudiera hacer nada para detenerlo. Aquel grandulón cerró la puerta y arrinconó a Sam contra ella.
Sam se quedó sin aire al ver que era David quien la había metido al salón y ahora tenía un brazo a cada lado de su cuerpo, evitando que ella se fuera de su escrutinio.
Sam miró con tristeza y luego con molestia a aquellos intensos ojos verdes que le devolvían la mirada. David se veía molesto y sus ojos reflejaban también su rabia contenida. Tuvieron un pequeño duelo de miradas, mientras alguno de los dos se decidía por hablar primero.
David se alejó un poco y puso frente a Sam unas fotografías arrugadas que había soltado del corredor.
—Samantha. ¿Me quieres explicar que significa esto? —espetó David mientras batía las fotos de Sam y Octavio frente a ella. Sam las quitó de la vista con un manotazo y miró con furia a David.
—Te lo explicaré, si primero me dices ¡por qué carajos me dejaste ab