Cuando Darryl llegó, vio a Alfredo salir. A pesar de no saber qué había pasado, Darryl supo al instante que Raquel había controlado al jefe de los bandidos por la forma en que Alfredo se quedó en la puerta como una estatua.

'Interesante'.

Los ojos de Darryl parpadearon y sonrió.

'Esa mujer no es tan simple'.

Por un momento, Darryl tuvo el impulso de irrumpir e interrogar a Raquel, pero después de pensarlo dos veces, descartó la idea.

'No será interesante exponerla así como así. Mañana veré qué hace'.

Entonces, se marchó silenciosamente y volvió a su habitación para descansar.

...

Al día siguiente, cuando Darryl aún dormía profundamente, lo despertó un fuerte golpe en la puerta.

Entonces, un bandido de la montaña le dijo sin cortesía: "Oye, vine para sacarte de la cabaña. Levántate ya. No pierdas el tiempo porque si mi jefe cambia de opinión, será demasiado tarde".

Darryl se incorporó, frotándose los ojos. Al escuchar eso, se echó a reír y contestó: "Bien, ya me levanto".

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