Darryl hablaba con una expresión seria en su rostro.

De hecho, no es que Darryl se negaba a tratar a la Señora. Solo quería ser más precavido en un asunto así.

Después de todo, Darryl era originario de los Nueve Continentes. Aunque había permanecido en el Continente Cryolet casi dos meses, aún no estaba familiarizado; especialmente con las habilidades médicas. Los nombres de las hierbas en el Continente Cryolet eran completamente diferentes a los de los Nueve Continentes.

En tales circunstancias, Darryl no se atrevía a actuar precipitadamente.

Sin embargo, estaba seguro de que el envenenamiento de la Señora estaba relacionado con el tercer anciano, Magnum, que estaba de pie en la puerta.

‘Esto...’.

Después de oír lo que dijo Darryl, todos, incluyendo Zacho y los ancianos, fruncieron el ceño.

‘Venenos que puedan hacer enloquecer a alguien... No hay muchos de ellos’.

‘Pensándolo bien, solo hay uno o dos...’.

‘Y los síntomas que mostraba la Señora parecían los del veneno más raro