Morticia irrumpió en el escondite y vio a Darryl. Estaba sorprendida. Nunca había esperado volver a toparse con aquel hombre.
¡Bam!
Del susto, Morticia corrió demasiado rápido y chocó con Darryl. Exclamó y casi se cae de la campana de bronce. Afortunadamente, Darryl era ágil, así que consiguió agarrarla fuertemente por la cintura.
¡Uff!
En ese momento, Darryl tenía en sus brazos a una hermosa dama. Jadeó y exclamó en silencio.
‘Ella es tan suave y huele muy bien’.
Al mismo tiempo, notó que Morticia estaba débil y frunció el ceño.
‘¿Acaso está herida?’.
‘Esta mujer es demasiado testaruda. Le dije que no podría ser capaz de irse ahora, pero no me hizo caso’.
En ese momento, Morticia se estremeció y sintió que su corazón casi se le salía del pecho. Al mismo tiempo, se sintió avergonzada.
‘¿Cómo se atreve ese hombre a abrazarme?’.
Entonces, Morticia se soltó de los brazos de Darryl y lo abofeteó cuando gritó: “¡Cómo te atreves! No creas que no te mataré solo porque me ayudaste”