‘¡La Señora Pandora, esa p*rra! Ella me mintió’.

Marshall estaba enfurecido. Miró a la multitud, pero de repente recordó que la Señora Pandora había dicho que estaba enferma y que no iría al palacio.

Posteriormente, Marshall atrajo muchas miradas sobre él. Muchas personas comenzaron a chismear en voz baja mientras murmuraban.

“¿Qué está pasando?”.

“Señor Darren, ¿no estaba usted teniendo una buena conversación con el Señor Marshall? ¿Por qué el cambio de actitud?”.

“¿Qué le pasa al Señor Marshall? ¡Su cara está tan pálida!”.

La gente seguía compartiendo sus comentarios. Darryl los ignoró y mantuvo sus ojos en Marshall en todo momento.

Al segundo siguiente, Darryl tomó una profunda respiración y caminó hacia Marshall. Él habló alto y claro: “Después de ver tus trucos anoche, me quedé con el gusano devorador de cerebros”.

“Y cuando te serví el vino hace un momento, puse el gusano en tu copa”.

“Hablando de eso, nunca antes había oído hablar de gusanos devoradores de cerebros, así