Ambrose parecía estar triste. Inclinó la cabeza en vergüenza y dijo: “Watson y Donoghue planearon esto juntos. Watson le dio el cofre del tesoro a Donoghue, y Donoghue huyó rápidamente”.
‘¿Qué?’.
Heather se estremeció y estaba completamente atónita.
Unos segundos después, Heather gritó: “Ese es el tesoro que mi gente ha estado guardando durante miles de años, y ahora está perdido. ¿Cómo podré explicárselo a mi padre y cómo podría explicárselo a la gente…”.
Heather estaba enojada y triste mientras decía eso. Sus lágrimas no podían parar de caer.
Ambrose estaba angustiado; sostuvo a Heather de las manos y la consoló. “No te preocupes, traeré el tesoro de vuelta, y nunca dejaré que Donoghue lo utilice para sus planes malignos”.
Su tono era firme e incuestionable.
Heather se sintió conmovida al escuchar esa certeza. Se apoyó en los brazos de Ambrose y dijo: “Gracias, Hermano Ambrose”.
Durante un rato, los dos se abrazaron en silencio. El ambiente cambió un poco.
¡Pff!
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