[ARCEL]
Las palabras del TÍO me están devorando por dentro. Sé que soy el hijo no favorecido. Lo acepté hace mucho tiempo. Pero ¿por qué duele tanto?
Me levanté de la cama. Mis pequeños dedos alcanzaron el pomo de la puerta y la abrí. Escuché al personal de la casa decir que Papá había regresado. Quiero hablar con él. Me muero por hablar con él.
—Lyra, —llamé a la ama de llaves de nuestra casa al cruzármela. Me dirigía a la oficina de Papá en casa.
—Oh, ¡Ace! ¿Por qué sigues despierto? ¡Oh no! El señor y la señora te regañarán si te ven sin dormir.
Solté un leve sollozo. —¿Papá? ¿Ya llegó?
—Sí, hace un rato. Pero se fue después de asegurarse de que tu Mamá estaba bien. Ve a dormir, —dijo Lyra.
—No puedo dormir, —respondí—. ¿A dónde fue Papá?
—No lo sé. Creo que recibió una llamada del señor Agatone y salió. ¿Quieres que te arrope? Ya estás un poco grande para eso, pero si realmente no puedes dormir...
—No, no quiero. Quiero estar con Mamá. —No esperé a que Lyra dijera nada más y corrí