Abrí los ojos con dificultad. Nunca antes había dormido tan bien, quería seguir haciéndolo, pero ya era hora de levantarse.
Alejé mi cabeza del pecho de Mikkel y suspiré al verlo dormir tan plácidamente. Acerqué mi mano a su frente y le quité unos mechones de cabello que caían sobre su rostro.
Definitivamente no estoy arrepentida de lo que pasó, más bien, estoy feliz de haberlo