Parte 2...
Matteo
— Tenía unos quince o dieciséis años cuando mi abuela, Felicia, comenzó a tener algunos problemas de salud que surgieron de la nada. Estaba bien una noche y a la mañana siguiente apenas podía levantarse de la cama - recordé ese tiempo y quería explicárselo a Ana.
— No tienes que contármelo si te resulta incómodo, Matteo - me senté a su lado en el sofá.
— No... Incluso me siento mejor sacándolo. Nunca solía hablar con nadie sobre mi vida personal - me recosté a su lado y tomé su mano, jugando con sus dedos finos — Sabes, es desagradable ver a alguien a quien amas sufriendo en una cama, con dolor.
Ana apoyó la cabeza en mi hombro. Me gusta eso.
— Fue un tiempo de desafíos para mí. Tenía muchas cosas que hacer, ayudaba mucho a mi abuelo, tenía mis estudios, cursos... Y aún así, encontraba tiempo para estar con ella. Me preocupaba mucho por ella - inflé el pecho y entrelacé nuestros dedos.
— Lo imagino.
— La enfermedad era casi misteriosa, porque nadie sabía realm