Cuando me acerqué, finalmente me percaté que las flores no eran margaritas. Antes, había pensado que las margaritas no deberían florecer este mes.

Me di la vuelta y le dije a Zachary con una sonrisa: “Estás no son margaritas. Creo que las he visto en algún otro lado antes”.

Las flores parecían margaritas desde lejos. Zachary y yo las identificamos mal. Aun así, no pude recordar el nombre de las flores.

Zachary se acercó y observó la flor. Él dijo: “Es solo una flor silvestre”.

“Esta flor silvestre es hermosa”.

La arranqué y se la di a Bella. Luego, le sugerí a Zachary: “Esta flor silvestre se ve hermosa. Deberíamos nombrarla”.

Zachary me preguntó: “¿Qué nombre le pondrías?”.

Dije al azar: “Margaritas salvajes”.

Dije eso porque se veían iguales a las margaritas.

Zachary se rio entre dientes cuando escuchó mi sugerencia.

“Mm. Siempre y cuando estés feliz”, dijo con una sonrisa.

Zachary tenía que atender unas llamadas por la mañana. Durante el resto del día, le enseñó a Cedar