CAPÍTULO 10
Ethan despertó y estaba solo, pero el olor de Tala y el calor de su cuerpo aún permanecía en la cama.
Ella había dormido con él, no se marchó y permaneció a su lado. Quizá por eso se levantó lleno de energía y con la espalda curada. Su lobo podía estar ausente, pero continuaba haciendo su trabajo a pesar de no poder transformarse y lo hacía mucho mejor y menos agresivo cuando su compañera estaba cerca.
Se levantó para salir de la habitación y buscarla, estaba deseando verla de nuevo, pero recordó que estaba desnudo. Ella había dormido a su lado sin importarle su falta de ropa.
Aquello debía ser una buena señal, al menos su última conversación no fue entre gritos y eso solo le daba más esperanzas.
Buscó el trapo viejo que usó como toalla y se disponía a salir cuando la puerta se abrió de un portazo. La sonrisa se le borró de un plumazo cuando el rostro que lo recibió fue el del alfa y no el de su compañera.
—¿Cómo pasaste la noche, esclavo? —Ethan se llenó de rabia y apr