En cuanto Kaelyn llegó a su nuevo hogar, le gustó, su padre definitivamente conocía sus gustos, el apartamento era espacioso y entraba mucha luz.
—Me gusta, ¿Qué tan seguro es? — se giró hacia su padre.
—Nadie, absolutamente nadie que no esté escrito entre los que pueden entrar lo harán, así pretendan sobonarlo, no lo harán, te lo puedo garantizar. —Kaelyn abrazo a su padre, ese hombre era su héroe.
—Gracias no sabes cuanto te lo agradezco papá.
—No tienes por qué, sabes que eres mi princesa, te amo y siempre voy a cuidarte así estés casada y con hijos, siempre, ya la alacena y la refrigeradora están llenas de comida, tu madre hizo la compra por la mañana, así que puedes estar tranquila, descansar y pensar en lo que realidad quieres hacer. — Kaelyn suspiró.
–Papá… — Chase levantó una mano silenciandola.
—Papá nada, te amo Kaelyn y estoy muy orgulloso de ti, pero no quiero que lastimes a Andrew, lo amas, lo sé, vi como lo abrazaste y él te adora, no puedes hacerle esto, no es jus