Allison no podía dejar de llorar, un fuerte dolor se había instalado en su pecho, logrando oprimirlo con desesperación, sentía que la pena le ahogaba.
-No llores así Ali, me destrozas el alma- le decía Rafael mientras acariciaba su cabello.
-No puedo evitarlo- gimoteó- me duele demasiado, quiero a mi niña conmigo.
-Ella regresará pronto- le aseguró intentando darle fuerza.
-Me siento tan culpable, me siento desdichada y vacía...siento que si la hubiese cuidado más, si yo la hubiese protegido más...quizás...
-Nada ganas con torturarte, mi amor. No podemos cambiar lo que pasó, no podemos corregir lo que ya está hecho, solo nos queda rogar por una segunda oportunidad y seguro la tendremos.
-¿Puedes asegurarlo?- ahogó un sollozo- puedes asegurarme que tendré a mi nena nuevamente conmigo.
-Quiero tener