Zander se quedó en la habitación, y miro hacia la ventana pensando en la fantástica noche que había pasado con Beth. Estaba muy confundido por todo lo que sucedió entre ellos.
-¡Zander!
La voz de Beth lo saco de sus pensamientos.
-Hola, glikia mou
- ¡Au!-se quejó del dolor-Zander corrió a sus brazos para evitar que se levantara de la cama. -Tranquila, yineka mou. –La miro con cariño- no te pares todavía es muy pronto. Eras virgen, tu cuerpo necesita acostumbrarse a esto.-ella levanto la cara para mirarlo y la sabana se le deslizó dejando ver sus hermosos senos hinchados por la pasión. Se iba a tapar pero él la detuvo.-No lo hagas, no tienes por qué esconder lo que ya he disfrutado-ella se sonrojo-Zander le levanto el mentón para que lo mirara a los ojos y la beso tiernamente.
-Creo que tú y yo tenemos que hablar-le dijo él- pero lo haremos después que desayunemos.
-¡Zander! –él le puso sus dedos en sus labios para que no dijera nada. –Le trajo la bandeja del desayuno y se sentó a desa