No hay escapatoria

La sonrisa en los labios de Hugo estremeció a Julieta — ¿Qué haces con él? - el hombre no ocultó el desagrado de ver a su esposa - ¿Es tu diestro de Oro? - Hugo Martín se burló.

— Mantén tu distancia y cierra la boca, si no quieres que te corte la lengua por burlarte de ella en mi presencia — Maximus agarró las manos de Julieta, fue allí que la joven sintió que después de la muerte de sus padres alguien estaba para sostenerla, aunque la persona que está brindando aquella sensación en ella sea un demonio, pero un demonio encantador y ella no podía negar aquello, pese a su peligrosidad Maximus Ferran era el hombre más apuesto y peligroso de Italia

— No es tu mujer, es la mía y pensándolo mejor, el divorcio es innecesario, Julieta te exijo que vengas conmigo— Al momento en que Hugo expresó esas palabras detrás de su cabeza se posó una pistola, el hombre miró a los ojos de Maximus.

— No olvides ante quién estás — Maximus sonreía con suficiencia, mientras observaba como su Guardaespaldas estaba a tan solo una orden suya de tirar del Gatillo y acabar con la vida del asesino de su padre.

— ¡No! Ordena que baje el arma - expuso muy asustada Julieta, dirigiéndose a Maximis - no vuelva a cruzarse en mi camino, estoy bien con mi marido, de usted no quiero saber nada ya se lo habia dicho — Julieta sentía que quizá este era momento para arreglar la situación con Hugo entonces se posicionó al lado de su marido y este observaba con una sonrisa peligrosa y burlona a Maximus.

— Bien, pero no vengas a mí cuándo te destruyan - Con aquellas simples palabras Maximus se alejó, Julieta al ver aquello sintió pesado su corazón, pero las frías manos de Hugo la agarraron con brusquedad sacándola del pequeño mundo al que se sumergió en ese momento, esperando que Maximus insistiera un poco más.

— Ni siquiera lo pienses, por supuesto que nos vamos a divorciar, pero se te prohíbe acercarte a él, esto era nada más para que mi ego no fuera pisoteado por Ferran - El hombre estiró de ella hasta entrar en las Oficinas del Palacio por supuesto Julieta quería gritar y suplicarle que esto no fuera así que no divorciaran, pero Hugo la miraba con mucho desprecio, entonces supo que no hay manera de evitar estoo

30 minutos después, con Julieta siendo arrastrada fuertemente por él, Hugo o la sacó del edificio y la había introducido en el interior de su vehículo por supuesto esto no estaba en los planes de Julieta.

— Esta será la última vez que te subes a mi auto - El hombre la tomó de la barbilla a la mujer cuyo pequeño rostro estaba pálida y adolorido por la fuerza ejercida por su ex marido.

— ¿Que es lo que quieres de mí? - Julieta lo Preguntó con lágrimas en los ojos, definitivamente la manera en la que Hugo la observa a la mujer la asustaba.

— Ya hemos firmado el divorcio, pero te voy a tener de sirvienta de mi mujer, no tendrás permitido salir, te quedas ahí hasta pudrirte, excepto mañana que voy a restregar tu presencia conmigo en el rostro de Maximus, de hecho no debiste salir de debajo de su poder, porque eso deja como significado tu destrucción te voy a dejar vivir en un infierno en mi poder -  el hombre demostraba crueldad en su rostro, en su mirada y en su voz, unos segundos después el vehículo fue dirigido hasta llegar a una imponente Villa en las cercnias de una playa.

— Bájate ahora mismo— Expuso Hugo saliendo él del vehiculo su grito enfurecido había asustado a la mujer que salió sin dudar del vehículo, pero antes de que reaccionará alguien más había aparecido, la mujer se comporto como una niña pequeña lanzándose en los brazos de Hugo, y le había atacado a los labios, un beso en donde parecían que se iban a tragar completamente, Julieta sintió las pequeñas punzadas en su corazón, pero se mantuvo de pie.

— ¿Qué hace esta miserable aquí? - Ni bien la mujer se separó del hombre, se percató de la presencia de Julieta, aquella mirada llena de burla que le dedicó hizo sentir mal a Julieta.

— Será tu criada amor vas a hacer lo que quieras con ella, yo solo solicitaré de su presencia nada más para que me lustre los zapatos al llegar.— Los ojos de la mujer brillaron al escuchar las palabras de Hugo.

Mientras que Julieta no entendía cómo pudo llegar a esto, esto sería un Infierno, en que momento cometió la imprudencia de elegir a posicionarse al lado de Hugo incluso si no se divorcian, ellos ya no tenían un futuro, aunque a ella le duela, le destroce, ella no es la mujer que aquel cruel hombre amaba, pero ahora parecía que su futuro sería peor sus ojos observaron todo a su alrededor escapar sería imposible todo el Perímetro del lugar estaba fuertemente custodiado con hombres que tenían los rostros tapados.

— Sirvienta, te voy a llevar hasta un punto en donde, bueno, te llevaré al sitio en donde perteneces y dejame decirte que se que vas a disfrutar mucho - La mujer dejó escapar una sonrisa, Paula Mancini otra modelo muy reconocida de la agencia en dónde pertenece Julieta Cerroni, la modelo era una joven que había enamorado a Hugo utilizando su cuerpo al percatarse de que era novio de Julieta ella lo sedujo en el auto del mismo en una tarde que él había llevado a Julieta en la Agencia desde esa vez nunca más se separaron, Paula siempre odio a Julieta por la belleza y la pureza que destila, y sabe que esta vez las va a cobrar todas

La mujer tomó con fuerza del brazo a Julieta y la arrastró hasta la parte trasera de aquella gran villa, Hugo ya no les había prestado atención, pero podía observarse la irá en su rostro, las mujeres habían llegado hasta la parte trasera y el paraje exacto en donde Paula quería llegar.

— ¿Qué vas a hacerme? - Antes de que Julieta analice bien el sitio en donde se encontraba, fue empujada fuertemente golpeando su rostro con una reja, ella intento recomponerse, pero Paula era más salvaje.

— Nadie te ha dado derecho de hablar a partir de ahora vas a cerrar tu boca, no quiero escuchar ningún gemido, y si llegas a emitir algún ruido te corto la lengua - Paula era perversa y sus palabras, más su actitud asustaron a Julieta — Abran el portón ahora — ordenó Paula a uno de los Guardias con una voz autoritaria y unos segundos después el portón fue abierto y Julieta fue introducida a una habitación oscura, que tenía un olor repugnante, pero otra puerta fue abierta por Paula - Aquí es dónde perteneces, este será tu sitio con las ratas, porque eso es lo que eres, una m*****a rata a la cual desprecio ojalá pueda matarte pronto, Julieta Cerroni la Modelo que podria conquistar al Dueño de la Agencia, pero aquello nunca lo voy a permitir, Hugo, el dueño de toda la Agencia y todos los hombres deben de tenerme en cuenta nada más a mí- después de expresar aquellas palabras Paula empuño sus manos propinándole un fuerte golpe en el rostro a Julieta, Paula estaba celosa, después de conquistar a través del sexo en el carro a Hugo, ella no puede aceptar que Julieta sea elegida para todos, la sangre brotó rápidamente de la nariz de Julieta después de aquel golpe, la mujer perdió el equilibrio y su cuerpo fue a dar al suelo, Paula después de ver a Julieta en el suelo tomó la decisión de salir del sitio.

Julieta se abrazó a su rodilla, y fue imposible no contener las lágrimas, los sollozos se hacen cada vez más fuerte, su cuerpo empezó a temblar - ¿Por qué a mí? - expuso en un Susurró muy bajo apretando los puños, ella se sentía derrotada supo que había cometido el error más grande al preferir a Hugo, ella lo sabe, se agarró del cabello, no supo en qué momento la puerta volvió a abrirse y el líquido frío entró en contacto con su piel, puesto que alguien le vertió agua fría.

— Ya no llores me da corage escuchar tu llanto m*****a sea - Hugo la levantó tomandola del cabello, Hugo la agarró del cuello - Deja de llorar m*****a sea, esto ya es algo muy digno para ti, pero para las ratas es indignó compartir contigo - Después de hablar Hugo se percató de que el agua logró que la prenda se pegue por el cuerpo de Julieta.

— Tú eres la m*****a rata— la mujer se armó de valor para expresar aquellas palabras - Es tu m*****a presencia maldito sinvergüenza indigno para las rstas aqui, ladrón de m****a - entonces lo expresado por ella solamente enfureció aún más al hombre y sin dudar Hugo la golpeo sin contemplaciones, sus labios quedaron rotos, dos golpes y el pequeño cuerpo de Julieta nuevamente quedó suspendido en el suelo, esta vez muy golpeada, en el interior de ella nació el sentimiento de odio y desprecio hacia el hommre

- Vuelve a repetir lo que has dicho estupida - el hombre ha vuelto a agarrar con fuerza de la muñeca obligándole a colocarse de pie nuevamente - Dilo de nuevo Julieta, quiero volver a escucharte.

- Dije que eres una basura, una sinvergüenza y te desprecio Hugo Martín -  Julieta lo dijo con furia, con desesperación, lastimada por el hombre que ella creía que amaba y que la amaba.

— No se te permite odiarme, tú a mí vas a amarme, o quizás Maximus te hizo olvidarme en la cama.

— Que te importa m*****a basura - Julieta estaba tentando a la muerte y prefería morir antes de soportar todo esto.

— Cállate m*****a perra - Hugo se enfureció aún más— Ahora voy a enseñarte que es ser una basura - el hombre observó la suave tela de seda pegarse de manera exquisita por el cuerpo de ella, la mujer observó aquella mirada y se había asustado aún más, para ella era asqueroso que Hugo la observe de esa manera.

— Ni siquiera lo intentes Hugo, no quiero sentir tu asqueroso tacto, me da asco que me mires asi - la mujer realizó movimientos torpes descubriendo que las telas pegadas a su figura no ayudan para alejar a la bestia, y ella tenía miedo, definitivamente tenía miedo ante la mirada de Hugo.

— Voy a tomar tu cuerpo, lo voy a grabar y se lo enviaré a tu hombre para que escuche como gimes debajo de mi cuerpo y luego te mataré, dejaré que los caimanes se alimenten de tu sucio cuerpo después de ser mujer, no serás mi mujer, serás mi perra — Hugo volvió a agarrar a la mujer fue allí que la joven reaccionó y grito, aunque sabía que nadie vendría a su rescate, pero lo hizo.

— Cállate - Hugo la beso salvajemente, aunque Julieta cerraba la boca, los dientes del hombre la lastiman— Si te resistes será más doloroso - El agarre de su cabello y con la fuerza del hombre la cabeza de Julieta golpeó por la pared hasta que escuchó la tela del vestido desgarrarse, no había escapatoria este sería su final en manos de su cruel ex marido, la repulsión que sentía por el hombre no tenía calificativo y parece ser que no había escapatoria Hugo iba a abusar de ella.

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