Bajando de la limusina, Daniel como todo un caballero, tomó la mano de Raquel, quien estaba más que emocionada de subir la torre, ella ya se había hecho a la idea que entre el profesor Stevenss y ella no pasaría nada, acababa de terminar una relación y lo que menos quería era complicarse la vida con este tipo de cosas; dejaría que las cosas se dieran y no empeoraría todo queriendo forzar a Daniel a tener algo con ella, así fuese mayor de edad en dos días.

Conforme subía el elevador, se podía ver la ciudad completamente, era espectacular, Daniel que ya había estado ahí en algunas ocasiones no dejaba de mirar el rostro de Raquel en completo asombro al ver todo aquel esplendor.

-Es hermosa, sabes, siempre quise venir, pero cuando mis padres venían, yo prefería quedarme en casa con la nana, así me evitaba escuchar todo aquello que se decía uno al otro.

-Si, es hermoso, por lo visto ya tus padres superaron esa etapa, mira, dijo Daniel, mostrándole una foto.

Me la enviaron mis padres hace u