Mundo de ficçãoIniciar sessãoHavamal
Tras la muerte de Rugila lo sucedieron como corregentes Atila y Bleda, sus sobrinos. La alianza no duraría mucho.
En una ocasión Atila se aproximó a la tienda de su hermano y se adentró por entre las cortinas. Bleda se encontraba en ese momento disfrutando del cuerpo de una joven romana cautiva que lloriqueaba lastimeramente.
—¿No te gustaría ir de caza, hermano? —sugirió Atila.







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