”Entonces, ¿planeas renunciar a nuestra relación?”. Los ojos de Ryan estaban llenos de rabia.

“No lo sé. ¿Puedes esperar unos días hasta que me calme?”. Freya lo miró suplicante con los ojos enrojecidos. “Admito que soy tímida y débil. No soy tan fuerte como tú. He experimentado demasiado y me han traicionado muchas veces, así que tengo miedo y me falta confianza en mí misma”.

Ryan fijó sus aturdidos ojos en ella por un tiempo. Sus ojos mostraban miseria, decepción y un rastro de ira.

Aparentemente, él era quien impulsaba su relación sin importarle nada más. Él había planeado todo y extendió sus manos hacia ella, pero ella era como una tortuga acurrucada en su caparazón, con miedo de estirar la cabeza.

Los dos permanecieron en silencio durante bastante tiempo mientras estaban cara a cara.

Ryan dio dos pasos hacia atrás con una cara larga.

“Está bien”.

El asintió. “Te daré algo de tiempo, pero... Si hago lo mejor que puedo y doy 99 pasos hacia ti, pero ni siquiera estás dispuesta