Desde el momento en que Freya entró, no había mirado a Ryan detenidamente por varias razones.

Ella sabía que él no estaba mintiendo cuando ella lo miró de cerca.

Era imposible decir que no sentía nada.

"No fui yo quien te dijo que trabajaras horas extras", murmuró ella y evitó su mirada.

"Sí, lo hice yo mismo porque quería venir a visitarte en Año Nuevo. Aunque no pudiera encontrarme contigo, tenía que mostrar mi determinación. No son solo palabras bonitas. Realmente me estoy esforzando, y soy sincero".

Ryan acarició una y otra vez el cabello oscuro y sedoso de ella. Su mirada era inusualmente seria.

Freya bajó la cabeza. No sabía cómo responder a eso en absoluto. Ella era como una tortuga escondida en su caparazón.

Después de un tiempo, ella dijo en voz baja: "¿Quieres ir al baño?".

Ya era suficiente. No había señales de que iba a bajar después de tanto tiempo.

Ryan fue tomado por sorpresa. De repente se rio a carcajadas.

"¿Por qué te ríes?". Freya lo fulminó con la mirada