La Tía Loretta dijo con una sonrisa: “El Joven Amo es el mejor, ha tenido la capacidad de encantar a los niños desde que era joven”.

Al notar la expresión de confusión de Freya, la Tía Loretta dijo: “Los parientes de la Señora siempre traen a los niños aquí para jugar, y a los niños les encanta jugar con el Joven Amo. Él es muy paciente con ellos. Si yo tuviera que cuidar de esos pequeños demonios, tendría muchos problemas”.

Freya estaba llena de sentimientos encontrados ya que era la primera vez que veía este lado de Ryan.

“¿Te agradan mucho los niños?”. Ella no pudo evitar decir: “En realidad, ya no eres joven. Puedes conseguir una novia y tener un hijo”.

Ryan le dio una vaga sonrisa. “¿Por qué hablas como mi mamá? Ni siquiera estoy en la edad en que necesito casarme”.

Freya lo pensó y creyó que él tenía razón. Después de todo, él era unos meses más joven que ella.

Ella tenía 26 este año. Era normal que las mujeres de Canberra a esta edad se casaran, y mucho menos los hombres.