“Tengo miedo de haber malinterpretado. Después de todo… tú no eres una persona romántica”. Freya se puso el reloj, lo que hizo que su mano se viera exquisita.

Aunque ella ya tenía un reloj, no le importaría tener otros accesorios más bonitos, especialmente cuando era Rodney quien le estaba dando la sorpresa.

“Esto probablemente… costó millones de dólares”. Freya preguntó con simpatía, “También me compraste muchas cosas de Melbourne la última vez. ¿Todavía tienes tanto dinero para gastar?”.

“No dudes de mi capacidad para ganar dinero. Tal vez yo no sea tan impresionante como Shaun, pero no soy tan incompetente”.

Rodney la abrazó y la besó. “¿Te gusta?”.

“Sí”. Freya asintió. Ella se puso de puntillas y le devolvió el beso. Con una voz suave, ella dijo con algo de vergüenza, “Esta noche… te esperaré”.

Casi le salía sangre por la nariz de Rodney en ese momento.

Al día siguiente, Freya se despertó y recibió un par de bonitos aretes de diamantes, que aún no estaban disponibles en el m