Al otro día Alessandro pasa por sus nietos para llevárselos durante el fin de semana, así que los únicos infantes que están en aquella enorme mansión son las gemelas de Miguel Ángel y Leonardo trata de evitarlas lo más posible, dado que en verdad desprecia a aquellas dulces niñas, sin saber el enorme lazo de sangre que lo une con aquellas niñas a las que les ha deseado la muerte desde que supo de sus existencias.

Así que decide marcharse a su despacho, mientras que las niñas conocen las enormes hectáreas de viñedos que pertenecen a su padre y tío.

-Papi, esto es enorme

-Nos vamos a perder papi

-Claro que no niñas – mientras lleva a sus gemelas en su caballo – mientras no vengan solas no tendrán porqué perderse…

-Pero papi…

- ¿Si queremos jugar?

-Nunca vengan a los viñedos solas – viendo como sus bebés lo contemplan – les prohíbo venir a los viñedos, a no ser que sea con su escolta o conmigo o su madre

Las gemelas asientan en el acto, porque saben que su padre está hablando enserio.

…