80. Conociendolo
Isabel estaba animada, no podía creer su suerte de encontrar un hombre tan sensible respecto a cómo tratar a su pareja, niños y personas en general, por momentos creía estar en un sueño y temía despertar, Alejandro que había observado lo ocurrido se sentía mal, no quería ver a su mami triste, así que se acercó a ella y la abrazo.
— Adivina amor, tenemos una invitación y tú eres quien va a escoger a donde iremos.
— ¿A dónde yo quiera mami?
— Si, mi cielo, Carlos, quiere que tu decidas.
— Playa.
— Quieres ir a la playa, me parece una excelente idea, vamos a llamarle para decirle nuestra decisión, ¿te parece?
— Si.
Lo llamó y de inmediato este emocionado le dijo que tenía el destino perfecto, que sería una sorpresa, así que a primera hora de la mañana fue por ellos al apartamento, el niño emocionado no paraba de preguntar a donde irían y cuando vio que se detuvieron en la estación de tren su curiosidad.
— Bien, a mi dúo especial la sorpresa es…se escucha el repique de los tambores…Salou,