89 Mónica
Me reviso en el espejo y reviso lo que Romi hizo con mi rostro y ciertamente no parece que llevo una semana llorando por un idiota, cambió la táctica y empezó a mandar flores.
Flores que lanzo por el balcón cada vez que llegan y lo seguiré haciendo hasta que él se cansé de este absurdo, no puedes ir rompiendo cosas y luego pedir perdón como si eso fuera solucionar las cosas. No lo hacía.
—Estás espectacular —sonrió el reflejo de Romina a través del espejo.
—Veo esto absurdo— me quejé.
No quería salir, quería helado y películas, pero las dos se empecinaron en salir a tomar una copa.
—Ya oíste a CC, necesita salir si vas a seguir llorando con helado y películas, le debemos esto— me señala.
Resople, pero no lo negué, he estado insoportable todo este tiempo, pero no tengo ganas de alcohol, tal vez de bailar un poco y ver rostros felices ajenos a mi desgracia. Estaba siendo más dramática de lo normal.
—Es por eso que accedí a salir— le recuerdo.
—Carlota es… bueno ya sabe