—Mario, ¿quieres morir? ¿Cómo te atreves a hablarle así al señor Chiva?
Del otro lado del teléfono, Lorenzo escuchaba con sudor en la frente, deseando poder ir personalmente al otro extremo de la línea y darle una fuerte paliza a Mario por su falta de respeto.
—Pareces muy convincente, gerente Uriar