Claudia necesitaba realizarse un aborto lo antes posible y extirparse una de las trompas de Falopio.
Esa cirugía era muy dañina para el cuerpo de una mujer.
Si después de la operación no podía recuperarse adecuadamente y encima tenía que ir a la cárcel, su cuerpo definitivamente no lo soportaría, probablemente arrastraría secuelas de por vida.
Por eso transigió, aceptó disculparse públicamente para obtener mi perdón.
Luego los Martínez se esforzaron muchísimo buscando contactos por todos lados. En el siguiente juicio, el juez, considerando su reconocimiento de culpa en el tribunal y su desafortunada situación personal, fue más comprensivo.
La sentenciaron solo a un año de prisión con suspensión de dos años.
Significaba que si durante esos dos años no cometía ninguna otra infracción y cumplía estrictamente los requisitos de la libertad condicional, no entraría a prisión.
Pero eso era otra historia, y no tenía nada que ver conmigo.
En ese momento, lo que más me preocupaba era cómo reconc