Sofía soltó un gruñido con desprecio:
—Me imagino que desde el principio solo quería robarte el novio, y después se metió tanto en su papel que terminó creyéndose su propia actuación.
Me quedé sin palabras, completamente estupefacta.
—Antonio dice que no lo cree, pero apuesto a que en el fondo tiene sus dudas. Ya verás, pronto van a empezar los problemas entre ellos. Mi tía me contó que el tratamiento contra el cáncer es horrible, e Isabel arma un escándalo espantoso todos los días en el hospital. Han cambiado el personal médico varias veces y nadie puede controlarla. ¿Hasta dónde puede llegar el amor de un hombre por una mujer? ¿Cuánto puede este hombre aguantar? Y eso suponiendo que lo suyo sea amor verdadero.
Sí, es verdad
—Ahora que lo dices, entiendo por qué Antonio vino hoy a buscarme para hacer las paces.
Quizás ya no aguanta los dramas de Isabel y se acordó de lo bien que estaba conmigo, imaginando que podría encontrar consuelo a mi lado.
Sofía me miró con seriedad:
—¡Ni se te