Luego de varios minutos en el auto llegamos a la estación de buses, tal vez antes no me había sentido tan desecha pero ahora en este lugar era como dar un gran golpe de realidad. Era como caer en cuenta que ya no había tiempo, no habría más momentos.

Jhon es un hombre que causa temor grande, muy grande ancho, y con una cara dr culo, sin duda era un hombre rudo pero también tenía sus rasgos sexys. Callado, habla lo necesario, y no es tan buen hombre pero ahora aquí me hace ver ese lado caballeroso.

—Sabes que no tienes que hacerlo—hacerlo murmuró cansada luego de discutir con él—. Te regresaré el dinero.

Relaja su postura a una menos agresiva viéndome con ironía..

—No lo aceptaré, a demás tomalo como una ayuda.

—Qué caballeroso, pero no quiero tu lastima.

—¿Quién demonios dice que soy un caballero? Jodidamente te mintieron. 

—Sí lo eres, conmigo.