"¿Puedes intentar no darme mala fama, Elliot?". Avery se esforzaba por mantener la lucidez y no dejar que el temperamento de Elliot cambiara su humor. "Si realmente quisiera ahuyentarte hasta que estés a mil kilómetros de distancia, no te habría dejado asistir ayer a la fiesta de cumpleaños".

Elliot frunció los labios. Quiso decir algo, pero terminó guardándoselo para sí mismo.

"Te llevaré a tu habitación para que descanses". Él recogió la maleta de ella y se dirigió hacia la puerta.

"¿Sabes el número de mi habitación?". Avery observó cómo la guiaba y luego dijo: "¿De verdad has sobornado a mi vicepresidente? ¿De dónde sacas todo tu valor, Elliot?".

Elliot se quedó esperándola en la puerta y luego dijo: "Es lo que piensas ahora. Tu vicepresidente me pidió ayuda ayer en el hotel. Es verdad que su hijo está enfermo. Quería que le devolvieran la cuota de inscripción, pero los organizadores no lo permitieron, así que lo ayudé con eso. Cuando le pedí que te pidiera que vinieras aquí, al