Cuando llegaron al hotel, aún no había noticias del equipo de rescate.

Avery instó inmediatamente a sus hijos a comer, pero Ivy vio los ojos enrojecidos y el cansancio en el rostro de su madre que esta no podía ocultar. "Mamá, has estado despierta todo este tiempo, ¿verdad? Tienes que cuidarte".

Avery sabía que no podía mentirles y confesó: "Lo he intentado, pero no puedo dormir".

"Pero tienes que hacerlo". Ivy quiso sugerirle a Avery que se tomara unas pastillas para dormir, pero no lo hizo porque sabía que tenían efectos secundarios.

"Mamá, ¿por qué no duermes un poco después de cenar? Ivy y yo iremos a la montaña". Robert también llevaba más de un día sin dormir, pero aún era joven y no le había afectado mucho.

"Iré con ustedes. Si no hay novedades, volveré", dijo Avery. "Haré que tu padre vuelva también. No ha dormido nada".

Robert e Ivy perdieron el apetito al instante. Avery les puso comida en el plato. "Coman. No desperdicien la comida".

A Avery también le costaba comer,