Por la noche, Chad pasó por la tienda de vinos y compró una botella de vino caro antes de irse a casa.
Cuando llegó a casa, llamó a Mike y le dijo que pasara pronto para tomar una copa.
Mike era adicto al alcohol, y si lo invitaba a beber, nunca se negaría.
Media hora después, Mike llegó a casa de Chad.
"¿Qué pasó hoy? ¿Por qué la invitación?". Mike estaba muy entusiasmado.
Normalmente, era él quien siempre tomaba la iniciativa de llamar a Chad para beber, pero éste casi nunca se ofrecía.
"Estoy teniendo un buen día, pero no puedo decir lo mismo de ti". Chad lo sentó y fue directamente al grano. "¿No decías siempre que mi jefe era una basura? Casi me convenciste y pensé lo mismo. Pero hoy, mi jefe me ha mostrado pruebas".
"¿Qué prueba?". La sonrisa en la cara de Mike desapareció. Lo miró solemnemente y le tendió la mano. "Muéstrame".
"Vamos a hacer un repaso rápido". Chad se sentó en la silla del comedor y le sirvió una copa de vino. "¿No me dijiste antes que cu