Como en los viejos tiempos
«¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!»—Joder… Ares, contesta esa cosa —me levante adormilado restregando mis ojos con un bostezo incluido. El hijo de puta que llamara a estas horas no tenía puta alma ni vida, el teléfono insistía he insistía sin parar, Calipso se removió en la cama y dijo.
—Debe ser el desocupado de Nikolay, contéstale y de paso mándalo a la puta —sonreí levemente en la oscuridad de la habitación, ese era mi duendecillo verde que tanto me gustaba.
—Duerme, debe ser impórtate si llamo a esta hora. —Me levanto de la cama en boxers directo al tel&eacu