Empezando a sentirse inferior, Selene se retiró del abrazo de Sebastian. Al ver la situación, él dijo: “Abuelo, Selene está embarazada. Puedes provocarle un aborto. Si sigues gritando, asustarás a tu bisnieto que está en su vientre”.
Henry se quedó sin palabras.
“Hice que ella se reuniera aquí contigo para que lo sepas y estés preparado. La mujer con la que quiero casarme en esta vida es ella, ¡Selene Lynn!”.
“Cuando mi madre fallezca, la llevaré a la antigua residencia de los Ford para que te conozca formalmente. A partir de ahora, no tendremos que volver a discutir asuntos matrimoniales”.
Las palabras de Sebastian no dejaban lugar para una discusión.
Eran solo una declaración.
Una muy simple.
Sin esperar la respuesta del Viejo Amo Ford, Sebastian cargó a Selene en sus brazos y se fue.
Selene preguntó nerviosa: “Joven Amo Sebastian, yo… ¿he sido muy grosera?”.
“No”. Sebastian respondió simplemente.
“Joven Amo…”.
“Llámame Sebastian”.
“Joven… Sebastian… No me atrevo”.
“¡Soy