A los cuatro mayores se les llenaron los ojos de lágrimas al oír su historia. Al día siguiente, a primera hora de la mañana, Kingston acudió a la compañía. Se reunió con los otros directores generales y mantuvieron una reunión matutina para confirmar sus planes para el mes siguiente. Después de eso, Kingston tomó el vuelo de la mañana hacia el norte. No volvió a ver a Eevonne. Sabía que si dejaba a Eevonne en Ciudad del Sur y la ponía en manos de Sabrina, sin duda podría cuidar muy bien de Eevonne. Además, Eevonne también podía cuidar de sí misma.

Kingston solo llamó a Eevonne antes de abordar el avión. “Eevonne, ya estoy abordando el avión para irme de Ciudad del Sur. Cuídate. Estaré esperando a que me devuelvas el dinero”.

Eevonne se sorprendió un poco al otro lado de la llamada. “Kingston, ¿por qué tienes tanta prisa por irte?”.

Kingston suspiró. “No puedo estar tranquilo hasta que encuentre a mi prima, así que no puedo retrasarlo”.

“Lo entiendo, Kingston. No te preocupes. Ciertamen