Aino de repente lloró. "Papá, mi mamá fue secuestrada, no muerta. No estás pensando en salvar a mi madre, pero ¿estás aquí jugando con mujeres?".

"¡Ven a ver si no te golpeo hasta la muerte!". Sebastian empujó a Maysun y caminó hacia Aino.

Aino no se movió en absoluto, solo miraba a Sebastian con lágrimas en los ojos. Sebastian se acercó a Aino, y antes de que su mano levantada descendiera, escuchó una voz enojada desde un lado. "¡Sebastian Ford! ¿Estás golpeando a tu hija por una extraña? ¿Crees que puedes estar fuera de la ley porque Sabrina no está cerca? ¿Crees que Aino no tiene a nadie en quien confiar? ¡Te estoy diciendo, Sebastian Ford! Otros pueden tener miedo de ti, pero yo, Ruth Mann, ¡no te tengo miedo! ¡Si te atreves a golpear a Aino una vez, te morderé hasta la muerte!".

En algún momento, Ruth ya estaba parada frente a Aino. Ella puso sus manos en su cintura, y la forma en que miraba con los ojos muy abiertos era realmente como una tigresa. Ruth estaba tan asustada que