Capítulo 1416
Lucío no dijo mucho, simplemente recogió sus cosas y se fue por la puerta trasera. Al pasar en coche por el instituto, vio a un grupo de periodistas, poco preocupados por las consecuencias, interrogando al director del instituto. La mirada de Lucío se oscureció y, sujetando el volante con fuerza, sus venas se tornaron visiblemente azules.

Al regresar a casa, Lantit miraba aburrida la televisión. Al oír el sonido de las llaves en la puerta, miró con alerta.

¿Quién podría ser a esta hora?

Silenciosamente, Lantit tomó el cuchillo para frutas de la mesa de centro, fijando su mirada en la dirección de la puerta. Al ver que era Lucío quien entraba, suspiró aliviada, pero luego lo observó con curiosidad.

—¿Por qué regresas a esta hora? No, espera, te ves pálido. ¿Te sientes mal?

Lantit estaba muy preocupada y extendió su mano para tocar la frente de Lucío, pero él, cansado, se apartó.

—No es nada, solo necesito descansar un poco.

Lantit miró con cierta frustración su espalda. Aunque Lucío nun
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