—¿Esa fue la llamada de Srta. Ana hace un momento? ¿Acaso ella malinterpretó algo? Tal vez debería ir a explicarle —Silvia mostraba una expresión inocente, pareciendo arrepentida por haber causado problemas a Lucas sin querer.
—¡No hay necesidad! —Lucas la detuvo de inmediato. La situación ya era lo suficientemente caótica, y si Silvia buscaba a Ana, solo empeoraría las cosas.
Lucas incluso comenzó a pensar que Ana podría creer que su apuro por volver al país era para ver a Silvia. Ese sería un gran malentendido.
Mientras más lo pensaba, más absurdo le parecía, y no pudo evitar toser:
—Mejor vuelve a casa, no necesito que te quedes aquí, yo puedo manejarlo solo.
Lucas pensaba en buscar a Ana para explicarle, pero con Silvia presente, cualquier cosa que dijera solo profundizaría el malentendido. Así que, lo único que quería era que Silvia se fuera rápido y dejara de molestarlo.
Silvia lo miró herida. ¿Cómo podía ser que su buena intención de cuidarlo fuera rechazada de esa manera?
Pero