Javier se frotó los ojos y asintió a regañadientes.
Fue entonces cuando Lucas tomó su mano y entraron en la habitación del hospital.
En ese momento, el ánimo de Ana también se había calmado bastante, incluso estaba consolando a José.
Al ver a Javier regresar, levantó la vista hacia Lucas, sabiendo que él había salido a calmar los sentimientos de Javier y evitar que albergara rencor hacia José.
Aunque no quería admitirlo, aquel hombre realmente entendía sus pensamientos mejor que nadie.
Lucas asintió hacia ella y le formó con los labios un "no pasa nada". El corazón de Ana finalmente se tranquilizó.
Javier se acercó lentamente y tomó la mano de Ana, sin decir palabra.
José, cabizbajo, no se atrevía a mirar a Javier y, después de un buen rato, finalmente levantó la vista hacia él.
—Javier, lo siento —La voz de José era baja y carecía de confianza.
No quería decepcionar a Javier, a quien ya consideraba su mejor amigo y la persona más importante.
Javier guardó silencio un momento, y tras s