CAPÍTULO 152. REMORDIMIENTOS
En ese momento, Mateo también entró para informar que había llegado el funcionario que presidirá la ceremonia junto con su secretaria. Además, que también había llegado Diego y su familia.
—¡¡¡Te ves muy bella, hermana!!! —comentó él, abrazando a esta y deseando lo mejor para ella, como para su amigo.
—¡Lamentablemente, quien siembra vientos, recoge tempestades! —clamó ella con tristeza, arrepentida y abrazando a Mateo, agradeciendo que precisamente él, era quien estaba ahí deseando lo mejor, la persona a quien más daño causó.
—¡Ya, hermanita! Eso pertenece al pasado, eso lo olvidé y lo perdoné. Hoy es momento de celebrar tu felicidad, tu nueva vida y en eso nos debemos enfocar todos los que aquí estamos —afirmó él con mucha ternura.
—¡Mis acciones de antes, generaron consecuencias! Y estos son los resultados de esas acciones mal encaminadas. Me imagino que Adriana aún no ha podido perdonarme, ¿cierto? —preguntó ella dolida y triste, de no poder tener a sus sobrinos en su boda.
—Sabes