Me detuve frente a la puerta de mi apartamento, las llaves tintineando mientras buscaba la correcta en el llavero. Dos días en la Serra Gaúcha me habían dejado emocionalmente agotada. Todo lo que quería ahora era tomar un baño caliente y caer en mi propia cama.
Fue entonces que noté el paquete apoyado al lado de mi puerta. Una caja de madera con el logo de Vale do Sol grabado en la tapa.
"Ese paquete llegó temprano hoy para la señora," el portero apareció en el pasillo, cargando mi maleta.
"Gracias."
Puse la caja de vino sobre la mesa de centro de la sala, saqué la nota, y me permití desplomarme en el sofá por unos segundos. Abrí el pequeño sobre. Dentro había una tarjeta blanca con letras doradas en relieve, el papel claramente caro:
"A nuestra más valiosa colaboradora, Un pequeño agradecimiento por todos los servicios prestados. Su papel ha sido fundamental. Eduardo Méndez Director - Vale do Sol Vinícolas"
Fruncí el ceño, releyendo la nota varias veces. ¿Servicios prestados? ¿Qué se