NIREYA
El campo de entrenamiento que la bruja había elegido era un campo despejado en lo profundo del territorio de Valen. Estaba lo suficientemente lejos de la manada como para que, si perdía el control… cuando lo perdiera, no matara a nadie accidentalmente.
Ese pensamiento debería haber sido reconfortante, pero no lo fue.
"Concéntrate", ordenó la bruja, rodeándome lentamente como un depredador evaluando a su presa. "Siente la magia en tu interior. No luches contra ella. Dije que no la fuerces. Simplemente déjala fluir".
Cerré los ojos, intentando hacer lo que me decía, pero lo único que podía sentir era la presencia de Valen detrás de mí.
Se había negado a irse y se había plantado al borde del campo.
Sus ojos me distraían muchísimo y deseaba que pudiera irse aunque fuera por un segundo.
"Estás pensando demasiado", dijo la bruja, bruscamente, y qué demonios, era muy estricta. Despeja tu mente. No hay nada más que tú y la magia. No existe nada más. ¡Quiero que estés alerta!
Solo que e