Bellator Luminis Part.1
Bellator Luminis Part.1
Por: Aylen Acosta
Prólogo

Desperté y todo estaba oscuro. No puedo recordar mucho del día sólo que Habiamos ido a pasar unos dìas de campo con mis hermanos y amigos. El dìa estuvo bien, paseamos todo el dìa y luego en la tarde hicimos una mini fiesta frente a un hermoso lago. Al caer la noche todos nos fuimos a dormir. Compartía la habitaciòn con mi mejor amiga y mi hermana.

Al acostumbrar mis ojos a la oscuridad pude distinguir una gran figura que me miraba desde lo lejos. Sus ojos eran rojos como fuego, Intenté levantarme pero por alguna razón no podía moverme. La criautura comenzó acercarse y mi desesperación fue en aumento con cada paso que esta daba. De pronto comenzó a gruñirme. Miré a mi alrrededor y quería gritar pero mi voz no salía. Mi hermana y mi amiga parecían no hallarse aquí.

Mi respiración era agitada y podía sentir el sudor en mi frente y manos. Intenté cerrar los ojos para que luego al abrirlos el animal ya no estuviera aquí pero fue en vano.

No me di cuenta que de un momento a otro la criatura se encontraba a unos escasos centimetros de mi rostro, olía mal y el olor a sangre se comenzó a sentir en la habitación. Volví intentar gritar pero nada pasaba como si estuviera afonica.

Volví a mirar hacía las camas de beth y sam y lo que ví pareció devolverme mi voz para que pudiera gritar, ellas estaban destrozadas, todas ensangrentadas en sus camas. Grité sus nombres pero no se movían.

Y luego aquella criatura se avalanzó sobre mi.

Y desperté.

Estaba sudada y no podía respirar bien. Prendí la lamparita que estaba en mi mesita de luz y todo estaba en su lugar. Incluso mi hermana y mi amiga. Me tranquilicé y me levanté para lavarme la cara.

Me estaba costando conciliar el sueño asì que tomè uno de mis libros. Leì hasta que casi consigo quedarme dormida pero escuchè ruidos, el viento azotaba los arboles que estaban adornando la cabaña.

Iba a levantarme pero cesaron.

Mirè a mi alrredor y no habìa nada, mi hermana y amiga estaban profundamente dormidas.

De golpe comenzaron a escucharse ruidos pero esta vez en la ventana como si algo las rasgara. Me levantè y caminè hasta ellas. Al correr la cortina no vi nada. No sé como pasó pero la puerta se abriò de par en par.

Cuando me apresuré a cerrarla algo me empujó dejandome afuera y cerrando asì la puerta tras de mi.

Inmediatamente golpee para que me abran pero nadie lo hizo.

Busqué con la mirada las cabañas de mis otros amigos pero no podía ver nada gracias a una extraña niebla que parecía venir del bosque.

Me rendí y me senté en el porche, para mi mala suerte pequeñas gotas de lloviznas comenzaron a caer.

En los próximos minutos no pasó nada. Hasta que escuché ruidos provenientes de mi cabaña. así que,rapidamente me levanté y de pronto un grito ensordecedor me asustó.

Era mi hermana, me desesperaba escucharla pedir ayuda a gritos mientras yo estaba aquí sin poder hacer nada. Creí que mis amigos vendrían a nuestro rescate pero nada sucedió.

Golpee y empujé la puerta e incluso trate de romper la ventana con un pequeño pedazo de tronco que había allí tirado pero no lograba hacerlo.

Recordé que había una puerta trasera pero al moverme la niebla parecía haberse hecho màs oscura. Y las lagrimas que comenzaban a caer por mis mejillas no me permitían ver nada.

Los gritos de Beth cesaron y segundos después la puerta se abrió de par en par. Me dirigí rapidamente hacía allí para encontrarla totalmente vacía. El piso parecía estar mojado por lo que me puse en cunclillas y pasé mi mano por aquel liquido... sangre. El piso estaba cubierto de sangre.

Mi corazón se aceleró aún màs al ver el pijama de Beth en el piso,Estaba destrozado. Quisé enceder la luz pero ningún foco funcionaba. Miré hacía la puerta de atràs y estaba hecha pedazos por lo que supuse que quien o lo que las tiene había entrado y salido por allí. Al salir en busca de ayuda las cabañas de mis amigos estaban vacias.

Algo sucedía y yo debo averiguar que antes de que sea demasiado tarde si es que ya no lo es.

Comencé a escuchar pisadas y voces de pedidos de ayuda que provenían del bosque. Me apresuré no sin antes volver a mi cabaña por el arma que teníamos por seguridad, Corrí hasta entrar al bosque parecía otro lugar al que es de día, La niebla ya no estaba y la lluvia había cesado.

Corrí hasta donde creí haber visto algo pero solo era un venado y otra vez esos gritos de auxilio llegaron a mis oídos, Reconicí la voz de mi otra amiga, Emma. Apure el paso hasta donde parecían venir aquéllas súplicas pero de pronto otra vez cesaron. Me di cuenta que me había alejado de la entrada al bosque más de lo que crei. Me moví hacia donde apareció una pequeña luz. Al llegar sólo eran una gran variedad de luciérnagas.

Me alejé tan rápido como pude al oír ruidos de pasos entre los árboles. Sostuve fuerte el arma y apunté hacía donde venían aquéllos ruidos. Pero nada sucedió. Bajé cuidadosamente el arma y seguí corriendo sin siquiera saber a donde me dirigía. Sólo quiero encontrar a mis hermanos y amigos para luego largarnos de este maldito lugar.

En la parte del bosque donde terminé la lluvia pareció no haber cesado e incluso era más intensa. Había lodo así que debía tener cuidado de no resbalarme. Seguí mi camino hasta que unas voces me detuvieron al darme advertencias de que me alejara de allí. "No, no sigas", " Corre" , "el viene, él está cerca". Debo admitir que dudé en un momento de seguir pero a la m****a haría lo que sea por mis hermanos y mis amigos.

Después de caminar sin haber escuchado nada un fuerte grito de hombre se oyó. Corrí lo más rápido que me fue posible y llegué hasta una cabaña. Allí las voces regresaron pero sin pensarlo avance y abrí la sucia puerta. Un fuerte olor a podrido emanaba de ese lugar, había una pequeña lámpara adornando la habitación pero a penas iluminaba. Escuché ruido y la puerta de golpe se cerró. Caminé de espaldas y choque con algo al darme cuenta que era una mano humana mi respiración se empezó acelerar e iba a salir de allí cuando un apenas audible lamento se escucho de algún rincón. Levanté mi vista y ví algo que llamó mi atención, parecía estar colgado de una pared.

Me acerqué, parecía una persona la cual había sido torturada. No Sabría decir si era hombre o mujer ya que la escasa luz a penas me permitía distinguir algunos objetos.

Tomé coraje y al acercarme aún más me di cuenta que era un hombre. Estaba ensangrentado y tenía varias mordidas y golpes, ahora de cerca podía distinguir su torso pues estaba sin remera. Tenía una bolsa en su cabeza con la cual debieron asfixiarlo. Un sollozo me hizo darme cuenta de que aquel hombre seguía vivo.

Retrocedí un poco y Tomé una bocanada de aire para luego levantar una de mis manos hacia esa persona y sacarle aquella bolsa de su cabeza. En cuanto lo hice lo reconocí, no pude evitar gritar horrorizada. Mi hermano estaba casi desmayado y no sé si podía escucharme. Rápidamente traté de bajarlo pero note que estaba encadenado. Me desesperada no saber siquiera si estaba vivo o si al menos iba a poder salvarlo. "Nene te voy a sacar de aquí, cariño. ¿Me escuchas?" Dije tomando su rostro con mis manos. Él abrió a penas sus ojos y pareció reconocer me porque asintió. " Tranquilo Jason, no te muevas" Le pedí mientras trataba de encontrar algo que pudiera ayudarme con las cadenas.

Cuando lo encontré, e iba a proceder a intentarlo mi hermano me Miró, había miedo en aquella mirada y suplica...

"Oli tienes que irte" Me dijo en un susurro a lo que yo simplemente ignore. "El va a volver, vete y salvate" Yo negaba ante su pedido mientras seguía intentando soltarlo. De pronto la puerta se abrió y una horrible cosa quiso atacarme.

Me moví rápido, mis malditas lágrimas no dejaban de salir y me nublaban la vista. La cosa pareció haberse desvanecido. Escuché la voz de mi hermano y al mirar hacia donde él estaba me pareció verlo peor en aspecto.

Cuando iba ir hacia él, mi hermano gritó "CORRE, CORRE DE UNA MALDITA VEZ OLIVIA" jamás me había gritado así, mi piel se erizo e hizo que retrocediera.

Se escuchó un vidrio romperse y la maldita cosa saltó sobre Jason, no pude hacer nada... Creo que me daría un paro cardíaco. Jamás pensé ver a Jason siendo asesinado. Corrí alejandome lo más que pude , no podía dejar de llorar mis lágrimas se mezclaban con la lluvia. La niebla había desaparecido.

Caí de rodillas ya que mis piernas fallaron, sentía como algo se había clavado en ellas y al mirar hacia estas noté que caí sobre un montón de huesos humanos. Inmediatamente me levanté y corrí como pude... No sé cómo pero llegué a un lado del bosque donde no había lluvia. De un momento a otro algo apareció frente a mi.

Lo reconocí, me encontraba frente a quien había sido mi enemigo por años. De momento a otro desapareció,Se movía y no podía seguirle el rastro pero luego comencé a sentir su respiración en mi nuca pero al darme vuelta no había nadie.

Miré a mi alrededores y sólo había árboles y más árboles los cuales se mesian gracias al viento.

La Luna estaba llena y se veía majestuosa, sentía mi corazón latir muy rápido. Unos pasos a lo lejos me ponían nerviosa pero no sabía para donde correr. Me toqué a un costado y noté que había pérdido el arma Maldije y decidí caminar un poco.

De golpe una sombra apareció entre los árboles cuando iba acercarme un grito de mujer me asustó y parecer ser que a aquella sombra también ya que desapareció. Fue todo tan rápido que no pude ver hacia donde se fue.

Miré a todos lados y sólo había oscuridad. El viento hizo que el olor putrefacto como el de la cabaña llegara a mis fosas nasales.

Me movi tan rápido como pude al volver a sentir aquellas pisadas tras mi. Y luego otro grito de mujer llegó a mis oídos. Corrí hacía donde provenía y en eso pude ver a alguien correr.

Al levantar mi vista para mi sorpresa ya estaba amaneciendo. Seguí aquella sombra que se hacia cada vez más visible y noté que traía puesto un pijama. Lo seguí pero un ensordecedor ruido de moto cierra me aturdió y asustó entonces me detuve. Cuando iba a volver a ir tras la sombra, ya no estaba..

Corrí igual y sin darme cuenta me lleve por delante una gran rama que sobresalia de un enorme árbol. Mis piernas dolían como el infierno tanto que parecían estar rotas. Intenté levantarme pero algo no me lo permitió. El bosque parecía estar dormido de este lado, no más gritos de auxilio, no más pisadas. Iba a quedarme un rato allí hasta que el dolor cesara pero una voz la cual era diferente a las otras ya que esta era cálida y suave "corre mujer", " Corre por tu vida" Miré para todos lados expectante de ver a quien pertenecía esa voz pero no ví a nadie.

Intenté levantarme pero el dolor en mis piernas era aún mayor, mi cabeza dolía y podía sentir mi cuerpo templar. "Vamos corre" Otra vez aquella voz pero esta parecía estar aún más cerca de mi. "Olivia, corre" Dijo lo cual me sorprendió que supiera mi nombre pero no sé cómo me levanté y despacio me comencé alejar. De pronto algo me atacó y no pude ver nada.

Mi cuerpo había quedado adormecido y podía sentir el mismo olor putrefacto que había en la cabaña y en el bosque. Me miré y nada me había pasado. Eso fue extraño, me fui levantando de a poco y luego una figura venía a mi corriendo, a medida que se acercaba pude reconocer el rostro de mi mejor amiga, Sam. Estaba descalza y su ropa de dormir rasgada, tenía sangre por todo su cuerpo. Corrí hacia ella y la sostuve antes de que se cayera...

Parecía haber Estado huyendo por horas estaba su dada y su rostro estaba cubierto de golpes y lágrimas.

La tomé como pude y la apoye en el piso "Sam, Sam, ¿qué te hicieron cariño?, dime quién fue" Dije acariciando su rostro. "¿Sabes donde está Elizabeth?" Ella negó y sentí como se acercaba a mi y trataba de decirme algo al oído, así que le acerque aún más "corre Oli, no dejes que te vea" Me susurró, negué inmediatamente. No dejaría que nadie muriera frente a mis ojos. "Tienes que resistir Sam, no te dejaré aquí cariño. Te necesito, por favor mirame" Samantha no levantaba su mirada hacía mi y yo podía sentir como su respiración se iba acortando... "No me hagas esto ojiverde, por favor, resiste" Decía hecha un mar de lágrimas.

No podría ver a mi mejor amiga morir entre mis brazos. "Sam... Sam..." Ella no se movía y tampoco respondía , su respiración era nulas, y sus ojos se habían cerrado para siempre. Apoyé mi cabeza en su pecho y lloré hasta más no poder... Llamé a su nombre pero ella jamás despertaría. . .

No recuerdo cuanto tiempo estuve así... Recostada llorando sobre el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, al levantar mi cabeza ví que un horrible y gran animal me miraba sediento de sangre. Me puse de pie y nuestras miradas se cruzaron, podría decirte que hasta percibí algo familiar en aquella ojos rojos.

El animal avanzó y yo retrocedí quise mover el cuerpo de Samantha pero eso pareció enfadarlo. Se puso a la defensiva y siguió avanzando hasta que quedó frente a frente conmigo. Mi respiración se acortaba y mí corazón palpitaba más rápido de lo normal. El animal retrocedió aún mirándome e iba hacía el cuerpo de sam e intenté detenerlo pero amagó a atacarme.

Como si de algún milagro se tratase una fuerza sobrenatural me alejó de allí dejándome anonadada y desesperada por no poder ver el cuerpo de Samantha pero si poder escuchar a esa cosa devorandolo...

Caí rendida ante el dolor y la falta de aire en mis pulmones, sentí que moriría pero no me importaba había perdido a mi hermano y a mi mejor amiga. Si siquiera creía que llegaría a encontrar a los demás. Antes de cerrar mis ojos sentí a alguien levantándome... Estaba frío, sus manos estaban sobre mis piernas. Al cabo de un rato desperté sola y aún seguía en el bosque.

Algo venía corriendo y comencé alejarme tan rápido como logré despertarme del todo. Podía sentirme acechandome... De pronto un disparo.

Oí un disparo, miré a mis alrededores pero no había nada ni nadie. Sentí un fuerte dolor en una de mis costillas y un gusto a metal en mi boca. Al bajar mi mirada noté que me encontraba cubierta de sangre... Mi vista comenzó a nublarse y luego caí al piso, podía escuchar a alquien hablarme y con la poco que me quedaba abri mis ojos y pude verlo, él parecía un Ángel, tenía los ojos azules más hermosos que había visto, y el cabello rojo... Él me hablaba pero yo sólo veía su boca moverse... Siendo él lo último que veía.

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Despertè sudorosa y gracias a la maldita alarma. Hoy volveria a casa. Malditas pesadillas son cada vez màs reales. Mi abuela golpeo a mi puerta y yo me levante de la cama para abrirle.

Ahi estaba ella, tenia una bandeja con mi desayuno favorito. Me sonrio al entregarmelo y luego de besar mi frente me dejo a solas. Hoy seria un largo dìa.

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