Cuando llegaron a la capital, Jin Fengchen y Jiang Sese fueron a visitar primero al Viejo Fang y a Fang Xueman.
Fang Xueman se sorprendió y se alegró de verlos.
“¿Por qué están aquí?”.
“Te he echado de menos”. Jiang Sese se acercó a abrazarla.
Fang Xueman sonrió cálidamente y le dio unas ligeras palmaditas en la espalda. “¿Cuántos años tienes, para seguir actuando así de forma tan cariñosa?”.
“No importa la edad que tenga, sigo siendo tu hija”.
Jiang Sese la soltó y la miró. Preguntó: “¿Cómo has estado estos días?”.
“Bastante bien”.
Fang Xueman miró a Jin Fengchen y sonrió. “Fengchen, siento las molestias. Has estado corriendo por todas partes con Jiang Sese”.
Jin Fengchen sonrió ligeramente. “Mamá, no es ninguna molestia”.
Fang Xueman sabía lo mucho que él quería a Jiang Sese. Estaba muy contenta de que su hija haya encontrado un marido tan destacado.
A diferencia de ella.
Jiang Sese pudo sentir que las emociones de su madre habían decaído. Frunció el ceño. “Mamá