Me toma del brazo y me obliga a bajar de mala gana las escaleras, cuando llegamos a la planta baja, pienso en Barclay y en el contratiempo que le surgió hace dos horas, lo que me lleva a que todo fue planeado.
—¡Ariel! —Yael corre hacia mí y se estrella contra mí con fuerza, rodea mi cintura con sus brazos y no se aparta de mí—. Mami nos ha rescatado, le dije lo que Preppy me hizo y que te han lavado el cerebro...
Mi hermano parlotea, pero no puedo evitar anclar mis ojos sobre los de Duncan, y mi atención en su mirada llena de deseo al verme. Aparto a Yael de mala gana y lo encaro.
—¿Es por eso que te dejaste capturar? —Frunzo el ceño—. Eres solo una marioneta de Arcadia.