Baby se quedó boquiabierta cuando Connor por fin le permitió abrir los ojos y ver la ciudad que estaban sobrevolando antes de aterrizar.
—¡¿Venecia?! ¿Nos trajiste a Venecia? —preguntó asombrada y Connor asintió.
—Ya no estoy dispuesto a perder más tiempo, Baby. Un año ya fue más que suficiente para nosotros —declaró con determinación—. Lo que debamos arreglar con Alejandro vamos a arreglarlo de una vez, y luego vamos a tomarnos unos días para estar juntos como familia… digo, si tú quieres.
Baby sonrió despacio. Por supuesto que quería, y tampoco era como que pudiera hacerle dar la vuelta al vuelo.
Tocar a la puerta de Alejandro Gaitán sería una de las mayores alegrías de Baby en esos días, y Connor se aguantó apropiadamente los celos cuando Alejandro dejó a un lado la