Capítulo 3

Adrien.

Llegamos al barrio donde se supone que vive, me pide que la deje en el Puente de las Luciérnagas, Woo no sabía que se llamaba de esa manera.

-Gracias por el aventón- agradece seriamente.

-No es nada gatita- le sonreí, ella frunce el ceño, estira su labio en forma de pico, me gusta ese gesto de nervios.

Quien diría que está gatita fuese tan diferente a la que vi ayer por la noche, me gusta desde el primer día en que la vi en este mismo lugar. Bajo de mi coche, me acerco a abrirle la puerta, pero ella sale rápidamente.

-Muchas gracias- repite de nuevo y con la misma actitud de seriedad.

-No es nada gatita- susurro muy cerca de sus rosados y pequeños labios. Me mira sin pestañar, sus ojos me cautivan, baja la cabeza y se encamina dirigiéndose a un callejón, antes de entrar se detiene, gira su rostro hacia mí, me sonríe y sin más sigue su rumbo.

Al verla desaparecer por una entrada decido marcharme, subo a mi Audi A6 último modelo, arrancó a toda velocidad mientras manejo sonrió para mí mismo, la adrenalina se acopla a mi cuerpo es una exquisita sensación de presenciar la velocidad, me encanta sentirla, más cuando subo a mi Harley.

Esa nena me gusta y mucho, presiento algo extraño en ella, es algo callada, tímida o aparenta ser así, me preguntó porque siendo tan joven trabaja en ese Burdel.

En las noches es exótica y en el día aparenta inocencia e ingenuidad, sin embargo me gusta, de eso no me cabe duda. No percaté que me encontraba en la avenida Hamilton, en serio que esa chica está empezando a adueñarse de mis sentidos.

Al llegar a casa estaciono el auto en la entrada ya que pienso salir esta noche. Saludo a todos los Guardias, y me adentro al interior del salón, busco a cierta personita pero no la encuentro, a los lejos oigo gritos de esa personita, mi hermanita menor la que me hace sentir felicidad, ella viene hacia mi dando saltitos.

-¡Adrien!- grita eufórica. -¡Hermanito! ¡Por fin llegaste!- replica exaltada y con las mejillas sonrojadas.

-Sip, ya estoy acá y tu estas toda agitada- acarició su mejilla y ella ríe, amo demasiado a este pequeña, con sus 8 años de edad le da tremenda guerra a mamá y Papá.

Adriana es un caos total. Ella es la imagen viva de mi mamá.

-¡Adriana eres una niña muy mala!- viene entrando mi mamá entre gritos, Adriana ríe y empieza correr por toda la sala mientras mama la fulmina con la mirada, me acerco a mi madre beso su sien y burlón comentó.

-Mami, Adriana seguramente es igual a como eras tú de niña cierto- mamá ríe y niega.

-Podría ser, no me acuerdo- se encoje de hombros y vuelve a llamar a mi pulguita menor. Esta nenita de donde ha sacado tanta energía. Mamá la sigue por toda la casa, ambas son chistosas.

Subo a mi cómoda habitación, me tiro en la cama y lo primero que se me viene a la mente es el rostro de mi gatita. Dios mío que coños me pasa diciendo Mi gatita.

Estoy loco, pero ella me tiene loco desde aquel día, hace un mes exactamente y más al verla bailar de una manera que cualquier hombre se moriría ahí mismo de la excitación. Me gusta mucho y la quiero para mí, es una locura pero ninguna mujercita después de Juliana me ha hecho sentir lo que está gatita está logrando a hacer conmigo.

Dejo de pensar al oír golpes en mi puerta. Ahora quien será que viene a interrumpir mis locos pensamientos, suspiró frustrado y abro la puerta a la molesta de Dari, aunque no lo crean es muy molesta.

-Hermano eres muy malo, me dejaste botada en la Universidad siendo el primer día, que malo- espeta fingiendo enojo, la abrazo a mí con fuerzas y burlón comentó.

-Estabas muy concentrada viendo el trasero de varios nenes.

-¡Oye! Que malo eres- ambos reímos a carcajadas.

-Te quiero mucho pulga- le digo feliz.

-Yo también pulga mayor- beso su mejilla y ambos salimos de mi habitación.

Al bajar al salón miro a mis padres darse besos, mientras que la pequeña monstruo de Adriana juega con su perrita, miro a papá como le hace mimos a Nela. En serio ellos aún se aman con locura a pesar de los años, quisiera tener un Amor como el de ellos, duradero y verdadero.

-Hijo, ¿Pasa algo? Estas distante- inquiere mi papá sacándome de mis pensamientos.

-Sabes Pa, te admiro, como le haces para que mi mamá se siga derritiendo de amor por ti-él ríe por mi comentario, mira a mi madre con amor y admiración.

-Tu madre fue mi primer amor y será el último, no sabes cuánto me costó lograr su amor ella tan difícil de llevar y un actitud de los mil demonios, pero valió la pena soportar a la señora Hielo. La amo desde el primer día que la vi y más cuando empezó a seducirme.

Woo el rostro de papá brilla al hablar de mamá, se nota el gran amor que se tienen. Dirijo mi mirada hacia ellas, las tres mujeres más importantes para nosotros dos.

-Papá, tú crees que un día pueda tener una mujer para toda la vida, amarla y estar con ella hasta llegar a viejos- el rostro de Damián se transforma en sorpresa seguramente sabe a lo que me refiero.

-Hijo mío, de eso no lo dudes, aún que es muy difícil encontrar el amor después de una pérdida, Juliana se sentirá feliz cuando encuentres a otro amor, sabemos los momentos únicos que pasaste con ella pero la vida es así hay veces te arrebatan cosas buenas para recibir mejores.

-Ojalá encuentre algo bueno- comente fingiendo una sonrisa. Damián, bueno mi papá me palpa el hombro, me deja un beso en la cabeza y ríe burlón.

-Se me hace que gustas de alguien.

Le esquivo su aceptación.

-Bueno Pa, me iré a mi habitación a ver los horarios de Clase, vale- él asiente, me sonríe y luego se encamina donde se encuentran nuestras tres mujeres.

Al subir a mi habitación busco en mi gavetero el álbum de fotos, pasó una por una, las fotografías que me tomé desde mi infancia al lado de mis seres queridos.

En una de ellas encuentro la de Juliana, tan linda, tímida y sencilla, su cabello Rubio, piel blanca, ojos verde gris y labios carnosos, Se la tomamos a su 16 años.

-Juliana fuiste mi primer amor, te amé y aún tu recuerdo sigue intacto, sé que estarás feliz cuando encuentre a una chica linda como tú, te pido que me ayudes a encontrar la indicada.

Suspiró pensando en los momentos que pase con ella.

***********

Tuve que mentirle a mis papas al decirles que saldría con Dimitri, por suerte me creyeron sé que ya soy mayorcito para informarles de todo pero aún no soy dependiente de mí mismo, bueno no del todo ya que hago mi dinero en las Rampas y carreras ilegales junto a Dimitri, ese es un secreto que sólo los dos sabemos.

Llegó al local de Diva es muy Exótico, sólo espero poder ver a la chica, al entrar se oye el bullicio y la música movida a todo volumen, las luces en colores parpadear por todos lados, la pista está repleta de personas mojadas en sudor. Buscó a la chica con la mirada pero no lo encuentro, tomó lugar en la barra, la misma chica de la noche anterior me atiende, al verme me saluda coqueta sin disimular en lo absoluto. Pido un vaso de Margarita mientras me la tomo a sorbo busco a la gatita.

Las luces alumbran la tarima, suena una Música movida e exótica. La chica que tanto anhele ver aparece bailando de una manera provocativa. Su mirada es de seriedad ocupa una peluca de color negro, el atuendo que utiliza es demasiado para la imaginación..

Sólo viste un sostén de Diamantes color negro unos pantis con mallas en color negro y tacos brillantes su rostro está maquillado de una manera que la hace ver diferente a la chica de hoy en la mañana, baila moviendo el cuerpo tan pero tan provocativa que todos los hombre presentes aplauden como desquiciados. Me enferma eso, ni yo entiendo el ¿Por qué? o si se pero no lo quiero reconocer.

Luego de presenciar semejante espectáculo la miro bajar y adentrarse a un camerino, mientras yo pido otro servicio de Margarita para esperar que salga. A la media hora ella sale enfundada en un hermoso vestido negro cubierto con una chamarra, su cabello Rubio con mechones rojos, su rostro luce diferente es como si no le agrada lo que hace. Varias chicas se le acercan le dicen algo, ella gira su rostro hacia una mesa en donde un hombre algo mayor levanta su copa y la llama en señas, empuño las manos, será que ella va hacia el llamado de ese hombre, ¿Quién demonios es?

La miro fruncir las cejas hace una mueca de desagrado y gira sus talones caminado hacia la salida, ignorando a todos a su alrededor. Dejo un billete en la barra y camino de prisa para alcanzarla, salgo del lugar y la busco con la mirada, ella camina rápidamente. Joder ya está largo, sí que camina de prisa, subo a mi auto, manejo despacio para ir tras de ella, enciende un cigarrillo y se lo fuma.

Dios está chica es muy joven para tal vicios. Se detiene y gira su rostro, maldición se ha dado cuenta que la estoy siguiendo.

-Ahora te da por seguirme eh- lo dice con picardía.

Bajo del auto, camino hacia ella y seguro respondo.

-Sí, sigo lo que me gusta- se muerde el labio, me gustaría ser yo quien lo hace.

-Vamos, te puedo llevar a tu casa.

-No gracia, sólo falta unas cuadras, tomare un taxi- niego tomándole la mano, ella trata de zafarse pero no la dejo.

-Ya es tarde, ¿No tienes miedo subir en cualquier taxi?

-No, para que tener miedo- murmulla firme.

-Sí que eres valiente gatita.

-Es mejor ser valiente y no débil- recalca con seriedad.

-No importa tu valentía por hoy, así que anda sube- alza las cejas y sin más sube al auto.

Manejo despacio, no quisiera ir a dejarla, por ahora me gusta tenerla cerca de mí, miro de reojo está tan callada como hoy lo estuvo en la Universidad. Pero algo diferente ya que no está nerviosa como lo estuvo cuando la vine a dejar después de Clase.

A los pocos minutos llegamos, pide que la deje en el puente, ella baja y seguido yo hago lo mismo, se acerca al gran puente de hierro.

-Gracia por traerme.

-No fue nada bonita, para mí ha sido un placer.

Miro el lago como brilla fosforescente por la luz que provoca las luciérnagas.

-¿Te gusta este lugar?- pregunto.

-Sí, me encanta, es muy lindo ver como el lago brilla todas las noches, algún día me gustaría ir al lago de las luciérnagas.

-Sería una buena idea, ¿Ya has ido?- niega suspirando.-Ya veo, pero algún día irás no lo dudes.

-No lo dudo- dice esbozando una linda sonrisa que me fascina, y no hay duda esta chica me gusta mucho.

Sin pensar tanto la tomo con delicadeza del cuello para besarla.

-Qué.. Que haces- pregunta nerviosa.

No le respondo ya que uno mis labios con los de ella, sus ojos se agrandan pone su manos en la mía para que la suelte, intensificó el beso saboreándolo la suavidad de su labio. Noto que no me sigue el juego, pero sigo explorando su boca, el agarre de sus manos baja hasta mi espalda me aprieta con fuerzas.

Detengo el Rico beso y la miró a sus ojos que están cerrados, nuevamente uno mi labio a la de ella. Me doy cuenta que es inexperta en el beso, eso significa una cosa, no sabe besar y me fascina saber que soy yo el que le enseñará.

Su boquita se mueve junto a la mía tal parece que le está gustando, atrapó su deliciosa lengua, lo succionó con deleite. Mi corazón empieza a correr un maratón, siento mi cuerpo estremecerse por su contacto. Me alejo de su boca por falta de aire, ella abre su boquita y lo vuelve a cerrar, me mira sin pestañar, sostengo su rostro y seguro le digo.

-Me gustas mucho gatita-

Sin dejar que ella diga algo atrapó su labio saboreándolo con una rara necesidad.

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