55. ¿La hija prodiga?
Melanie intentó pensar con rapidez que decir y a pesar que no le gustaban las mentiras, no podía revelar nada sobre lo leído.
— ¿Me tienes encerrada en esta habitación sin teléfono, no televisión y presentes cuestionarme porque voy al baño?
— Eso no responde la pregunta que te hice.
— Pues te diré, una persona me dejó un sobre con una broma y lo queme, me parecía de mal gusto, ¿satisfecho?, ahora respóndeme ¿Por qué estoy encerrada aquí?, ¿acaso soy tu esclava?
— No me siento conforme con tu respuesta pero lo dejaré pasar por el momento, ven un momento a la cama necesito que hablemos.
— ¿Pasó algo malo?— , dijo sentándose en la cama.
— Si y la verdad no sabía cómo decírtelo, no nos conocemos lo suficiente, hemos tenido últimamente muchos desencuentros y temo como todo esto afecte al bebé.
— Creo que es inevitable que sufra así que cuéntalo con la mayor amabilidad que puedas.
— Está bien— , Gabriel suspiró, él no era la mejor persona en recibir y dar malas noticias pero no tenía opción