Capítulo 42: Secreto.
—Señor Eduardo, le agradezco su visita de ayer, pero temo que debo declinar su ofrecimiento. Voy a seguir mi compromiso con Henrick Godric porque ese es mi deseo. —
Bernadette apretó la mano de su prometido entre la suya, sin dejar de mirar a Eduardo Cervantes directamente a los ojos. Henrick, manteniéndose firme junto a ella, también miró a aquel hombre directamente.
— Entonces, señor Cervantes, como puede ver no hay nada más que decir. — dijo Henrick con la misma calma que mantenía siempre.
Eduardo sonrió. Mirando a Bernadette, sintió como la sangre le estaba hirviendo dentro de las venas, pero mantuvo su porte elegante y su sonrisa placentera como hacia siempre.
—Entonces no hay nada más que decir, tal y como dice el señor Godric. Fue un placer conocerla, señorita Baskerville, y puedo asegurarle que está no será la última vez que nos vemos. Con su permiso. — y dándose la vuelta, Eduardo Cervantes regresó por el camino de la terracería hacia su vehículo.
Henrick mantuvo su mira